Durante el fin de semana, en un comunicado Talibán se anunció que la organización ha ganado el control de aproximadamente el 85 % del territorio de Afganistán. Inmediatamente después de la publicación del mismo, las autoridades afganas negaron esta información, pero confirmaron que los talibanes han tratado de ocupar gran parte del territorio alrededor de las principales ciudades y pueblos del país. Eso ha suscitado el temor de que Afganistán caiga pronto en las garras de los rebeldes tras la retirada de las tropas de Estados Unidos y sus aliados.
Más ataques y mayor control del territorio
Dado que las fuerzas estadounidenses han retirado aproximadamente el 90% de sus tropas de Afganistán, los combatientes talibanes están acelerando las campañas ofensivas para tomar el control de los territorios.
Durante el pasado fin de semana, se movilizaron miembros talibanes equipados con armas pesadas para desplegar ataques contra las fuerzas gubernamentales en la provincia occidental de Herat, tomando el control de dos importantes pasos fronterizos entre Afganistán e Irán y Turkmenistán.
Un funcionario afgano reconoció que la mayor parte de la provincia de Herat había caído en manos de los talibanes, con la excepción de la capital, Herat, y los distritos vecinos de Gozara e Injil. Que todo Herat caiga en manos de los talibanes es sólo cuestión de tiempo, agregó.
Además de la estratégica provincia de Herat, los insurgentes están intensificando los ataques para hacerse con el control de las zonas rurales y montañosas de la mayor parte del territorio nacional. De hecho, los talibanes aún no han penetrado en ciudades importantes debido a la feroz resistencia de las fuerzas gubernamentales.
Por otra parte, existe preocupación respecto a la capacidad de combate de las fuerzas afganas para luchar sin el respaldo de la coalición internacional. Un informe reciente indicó que, después de sólo unos días de ser atacados por los talibanes, al menos mil soldados afganos huyeron al vecino Tayikistán. El número de soldados puestos en prisión, que huyeron o que fueron entregados a los talibanes no se ha anunciado, pero se cree que asciende a cientos o incluso más.
Perspectivas preocupantes
En una declaración televisada del 11 de julio, el portavoz del Departamento de Defensa de Estados Unidos, John Kirby, expresó la inquietud del Pentágono frente a la situación en Afganistán. “Estamos profundamente preocupados al observar el rápido deterioro de la situación de seguridad y el alto nivel de violencia, así como el impulso del avance de los talibanes”, dijo. Sin embargo, Kirby sostuvo que el ejército afgano es capaz de defender el país. “Tienen una fuerza aérea totalmente capacitada y unidades de operaciones especiales extremadamente modernas, capaces de hacer frente al ascenso de los talibanes en Afganistán. Es hora de que se pongan de pie y lo hagan”, acotó.
Por su parte, los observadores insisten en que, sobre la base de lo que aconteció en el campo de batalla, es difícil que el ejército afgano pueda resistir el fuerte ataque actual de los talibanes sin ayuda internacional. En particular, muchos estuvieron de acuerdo con la evaluación de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de que el gobierno afgano podría colapsar dentro de los seis meses posteriores al día en que Estados Unidos y su coalición completaron la retirada de sus tropas de este país.
Según la última declaración del presidente Joe Biden, Estados Unidos pondrá fin por completo al retiro de sus tropas en Afganistán el 31 de agosto de este año.
A raíz de la decisión del presidente George W. Bush, el 7 de octubre de 2001, menos de un mes después de los ataques del 11 de septiembre de 2001 contra las torres gemelas en Nueva York, se inició la presencia militar estadounidense de Afganistán. Hasta hoy, esta es la guerra más larga de la historia de Estados Unidos.