|
El calígrafo Nguyen Dinh Ke del Club de Caligrafía Hai Duong en la ceremonia. (Foto: VNA) |
“Khai but” o ceremonia de apertura con lápiz y pincel, una costumbre vietnamita de comenzar una pieza de caligrafía o dibujo para celebrar el Año Nuevo, se ha iniciado en diferentes partes de Vietnam para honrar la tradición de la educación.
Este año, como de costumbre, Hanói inauguró la ceremonia para promover la quintaesencia de la educación del país y honrar a Chu Van An, el maestro más grande de la nación conocido por su profundo conocimiento y su recta personalidad.
A la ceremonia, celebrada el 17 de febrero, asistieron los principales líderes de la ciudad capital, incluida la vicesecretaria del Comité del Partido Municipal, Nguyen Thi Tuyen, el vicepresidente del Comité Popular Municipal, Nguyen Manh Quyen, y la vicepresidenta del Comité Popular Municipal, Vu Thu Ha.
La ceremonia “Khai but”, que se inauguró en un templo que adora a Chu Van An en el distrito de Thanh Tri, Hanói, es una actividad solemne que demuestra la cultura de Vietnam al honrar la educación y señalar un año lleno de características tradicionales vietnamitas.
Chu Van An, nacido en 1292 en lo que hoy es el distrito de Thanh Tri, es honrado como el erudito más destacado de Vietnam, el maestro más noble de la nación, una estrella brillante en la cultura vietnamita y el educador que hizo valiosas contribuciones a la educación de la nación durante generaciones.
Es venerado en muchas partes de Vietnam, incluso en Van Mieu-Quoc Tu Giam (Templo de la Literatura), la universidad más antigua de Vietnam, ubicada en Hanói.
Cuenta la leyenda que Chu Van An dijo: "Nunca he oído hablar de ningún país que se desarrolle sin tener en cuenta la educación".
La brillante mente de Chu Van An hizo muy evidente cuán crucial es la educación para el desarrollo o la caída de cualquier nación. Introdujo el confucianismo en toda la nación con las enseñanzas de “primero aprender rituales, luego aprender literatura”. Este enfoque honró el espíritu de la educación e hizo posible aprender autoridad, disciplina y moralidad sin temor ni preocupación por la fama o las ganancias.
La tradición se ha transmitido de generación en generación. Tanto para niños como para adultos, esta costumbre se mantiene cada nuevo año, cuando comienzan los primeros momentos del año, la gente elabora algún escrito, que puede ser un poema o una expresión.
En otra medida, los estudiantes acuden a templos honorables para pedir caligrafía y desear éxito en el aprendizaje y en los exámenes.