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| El presidente Ho Chi Minh en el documental “El presidente Ho Chi Minh y la India”. (Fuente: vietnamnet.vn) |
Expertos de Vietnam y la India destacaron el afecto del prócer revolucionario vietnamita por los amigos y el pueblo indio en un seminario celebrado la semana pasada en Hanói, por el Centro de Estudios Indios – la Academia Política Nacional Ho Chi Minh. El evento forma parte de las actividades para celebrar el 50.º aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas Vietnam-India (2022) y el décimo aniversario del Centro de Estudios Indios (2024).
Las huellas del presidente Ho Chi Minh en la India fueron informadas en el evento por Bui Chi Trung, subdirector de la Escuela de Periodismo y Comunicación de la Universidad Nacional de Vietnam – Universidad de Ciencias Sociales y Humanidades de Hanói. Es el director, guionista y narrador del documental.
La obra de 30 minutos fue producida en 2021 por la Embajada de Vietnam en la India y la empresa de comunicaciones Media 21 para contar historias históricas y el afecto de Ho Chi Minh por la India.
El documental, tanto en vietnamita como en inglés, se unió al 11.º Festival Internacional de Cine de Noida en 2022. Se considera un recurso didáctico atractivo para la educación terciaria y una herramienta práctica para el servicio exterior.
Los asistentes, entre ellos Do Thanh Hai, ex embajador adjunto de Vietnam en la India, y Monica Sharma, directora del Centro Cultural Vivekananda, la embajada de la India en Vietnam, elogiaron la contribución de la película a educar a la generación más joven sobre la amistad de larga data entre las dos naciones.
El documental hace un amplio uso de fotografías de archivo de valor incalculable de las visitas del presidente Ho Chi Minh a la India. El líder revolucionario vietnamita visitó la India tres veces en su vida. La primera vez en 1911 cuando se encontraba en un viaje buscando los caminos de la Salvación Nacional en el barco Almirante Latouche-Tréville desde Vietnam a Francia; nuevamente en 1946, cuando hizo escala en su camino a Francia para asistir a conversaciones de paz; y una vez más en 1958, la más memorable cuando realizó una visita oficial en su calidad de Presidente de la República Democrática de Vietnam.
En una visita de diez días hábiles, se ganó el corazón de los indios. Estrechó calurosamente la mano de los conductores pobres, charló con ellos, y los llamó amigos y camaradas. También visitó y abrazó a un estudiante indio que había sido herido de bala durante una manifestación en apoyo de la lucha del pueblo vietnamita por la paz en 1947. Esto era algo inusual y precioso en la sociedad india de esa época.
Ho Chi Minh sentía un cariño especial por Calcuta cuando visitó la ciudad en varias ocasiones. Desde entonces, el gobierno local ha rendido homenaje periódicamente a los monumentos conmemorativos de Ho Chi Minh, ha organizado seminarios, ha abierto ferias del libro y ha escrito libros sobre Ho Chi Minh, contribuyendo a la amistad entre los dos países durante los últimos 50 años.
A través de visitas y estrechos contactos que fueron más allá de los rituales diplomáticos ordinarios, el gran líder de la revolución vietnamita y sus amigos indios tejieron juntos un fuerte hilo de sentimiento, sentando una base sólida para que la futura amistad entre los dos países brille con fuerza.
En el período de renovación de Vietnam, cuando el país llevó a cabo importantes reformas económicas, la India fue uno de los primeros inversores en el país. Tras superar complicados acontecimientos en la región y numerosas dificultades tanto internas como externas, las relaciones Vietnam-India se han consolidado cada vez más. La India es uno de los principales socios comerciales de Vietnam con un importante salto en el comercio y la inversión bilaterales.
El presidente de la India, Ram Nath Kovind, afirmó que los padres fundadores Mahatma Gandhi y Ho Chi Minh han conducido a las naciones por un camino común. Mientras tanto, el secretario general del Partido Comunista de Vietnam, Nguyen Phu Trong, destacó que la cohesión y el intercambio entre los dos países crecen no sólo en culturas, religiones y creencias, sino también en sus aspiraciones compartidas de paz, estabilidad, cooperación y desarrollo en la región.