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Glaciar Perito Moreno en la región de la Península de Magallanes, Argentina. (Foto: VNA) |
Según Jackie Dawson, de la Universidad de Ottawa, este turismo de “última oportunidad” es un mercado en expansión. Los glaciares se están convirtiendo en un símbolo de destinos que probablemente no se pueden visitar en un futuro próximo.
Los glaciares han dado forma a los paisajes del mundo durante décadas, pero muchos se están reduciendo y desapareciendo a medida que el calentamiento global. Incluso en los escenarios climáticos más optimistas, la mitad de los glaciares del mundo podrían haber desaparecido en 2100.
Al derretirse, los glaciares se vuelven más accesibles, pero también más peligrosos. Es más probable que el hielo derretido se desplace, lo que hace que los glaciares sean más inestables, que caigan más rocas y sedimentos del hielo derretido y que las grietas se extiendan más rápidamente.
No hace mucho, un turista estadounidense murió al derrumbarse una cueva de hielo en el glaciar Breiðamerkurjökull de Islandia. El incidente conmocionó a Islandia, un país muy dependiente del turismo.
Desde entonces, las empresas han suspendido las excursiones estivales a cuevas de hielo y las autoridades están estudiando nuevas normas de seguridad. En julio de 2022, unas 64 000 toneladas de agua, roca y hielo se desprendieron del glaciar de la Marmolada, en el norte de Italia. La avalancha de hielo provocó la muerte de 11 personas que recorrían un popular sendero.
Matthias Huss, glaciólogo de la ETH suiza, dijo que nunca había ocurrido nada parecido en el glaciar de la Marmolada, pero que las cosas están cambiando rápidamente, y “glaciares que siempre se consideraron estables de repente se están volviendo peligrosos”.
Para los guías de glaciares, adaptarse a los rápidos cambios del paisaje es todo un reto. Huss dice que hace unas décadas, el esquí de verano en los glaciares era una forma popular de turismo, pero ahora casi todos los sitios para esquiar en los glaciares están cerrados en verano.
Pero a medida que los glaciares se reducen, también lo hace el número de visitantes. Zach Sheldon, propietario de Alaska Guide Company, afirma que la demanda de sus excursiones a los glaciares ha aumentado entre un 20 % y un 30 % cada año.
Además de los problemas de seguridad que los glaciares plantean a los turistas, los visitantes también suponen una gran amenaza para los propios glaciares. Los aviones que muchas personas utilizan para llegar a los glaciares son una fuente importante de contaminación por el calentamiento global.
Según un estudio, cada tonelada de contaminación por carbono derrite unos 30 pies cuadrados de hielo ártico (equivalentes a 0,093 metros cuadrados), lo que significa que un vuelo de ida y vuelta entre Nueva York y Anchorage, en Alaska, provocaría la desaparición de unos 70 pies cuadrados de hielo ártico.
A medida que cambien los glaciares, también lo hará el turismo glaciar. Sheldon predice que las excursiones a los glaciares sólo durarán entre 6 y 10 años más.