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Un rincón del mercado Vinh Binh hoy. (Foto: VOV) |
Según cuentan los historiadores Go Cong era una tierra de campos desiertos y poca población. A mediados del siglo XVIII, un hombre llamado Tran Van Hue vino a asentarse allí y despejar terrenos en barbecho. Tal y como un refrán vietnamita dice “En buena tierra se posan los pájaros”, cada vez más personas de todas las partes migraban a Go Cong, de manera que surgió una creciente demanda de compraventa.
Entonces en el Año del Cerdo 1815, Van Hue estableció el mercado de Vinh Loi, el primero de su tipo en la localidad. Pero a ese la gente solía aludir con el nombre “Giong”, término del dialecto del Sur para las franjas de tierra más elevadas que las circundantes y así inmunes a las inundaciones, por lo cual solían ser elegidas como lugar para establecer viviendas o cultivos.
Truong Quoc Huy, habitante y vendedor en el mercado de Giong, contó: “Este mercado se fundó en tierras del señor Hue. Tenía una vasta hacienda y permitía organizar la compraventa allí. Con el paso del tiempo la actividad se extendió a tal punto que nació el denominado mercado de Giong del Señor Hue”.
Aunque supera los 70 años, el poblador Vo Thanh Suong recordó cada rincón en el mercado de Giong, quién vendía qué y dónde instalaba su quiosco como si fueran cosas de ayer.
“Antaño se erigían filas de pilares para formar áreas cuadradas, cada vendedor se sentaba en su zona. Quienes vendían tela colocaban sus productos sobre puestos (de ratán o bambú) y por la noche la empacaban antes de volver a casa. Los quioscos de comida como congee se abrían solo por la noche”.
Dicho esto, el anciano enumeró detalladamente las posiciones de venta de cada producto, como varios pasteles tradicionales, el “com tam” (arroz de granos rotos cocido) y el congee de vísceras porcinas.
Según las antiguas creencias, para gozar de una vida cómoda y próspera había que contar con bendiciones de las divinidades, como las del tiempo moderado y de cosechas abundantes. Tran Van Hue organizó la reparación de un templo construido algún período antes para convertirlo en una casa comunal donde se veneraba el dios titular de la aldea de Vinh Loi. A partir de ahí mucha gente se mudó a ese pueblecito.
Hablando del pasado, Thanh Suong indicó: “Aquí había mucho bullicio. Por la noche, en la casa comunal se solían proyectar películas para pobladores, la pantalla era una gran pieza de tela estirada. Todas las noches se ofrecían proyecciones de cine, así como actuaciones del ‘hat boi’ (ópera tradicional de Vietnam) y juegos de apuestas. El festival local era bastante popular, atrayendo a los pobladores de muchas localidades”.
Sería un error hablar sobre el mercado de Giong sin mencionar un plato cuya fama se extendió a todo el delta del río Mekong. Se trata de “banh gia” (pastel de brotes de soja), hecho de ingredientes simples como carne porcina, camarón, brotes de soja, harina de arroz y de soja. Phan Thi Kim Phuong, una vendedora de esa delicia en el mercado de Giong, compartió: “El ‘banh gia’ es una especialidad local. En los días festivos la demanda de ese plato supera la oferta. Estos pastelitos se disfrutan como relleno del pan, o con arroz y salsa de soja. También se sirven con fideos y verdura”.
Para la gente de Go Cong, en particular, y la provincia de Tien Giang, en general, el mercado de Giong era un lugar no solo para la compraventa diaria de productos agrícolas y alimentos, sino también para los intercambios culturales del Sur. Con su índole de símbolo cultural comunitario, el bazar ha ayudado a crear la identidad propia de la tierra de Go Cong.