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Chris Geyskens con su colección de los objetos vietnamitas en su propia casa. (Foto: VNA) |
Desde hace diez años, en todos los veranos en Bélgica se ha realizado el torneo de caridad titulado “Campeonato de Golf de Embajador de Vietnam” idealizado por, Chris Geyskens, una mujer belga, con el fin de recaudar fondos para ayudar a las víctimas del Agente Naranja/Dioxina en la ciudad de Hoi An, en la provincia centrovietnamita de Quang Nam.
En la casa de Chris Geyskens en Bruselas, ella posee una colección de objetos sobre Vietnam, tales como una pintura de niñas étnicas, los platos de Bat Trang o trofeos del Torneo de Golf Benéfico anual.
Chris Geyskens de casi 80 años, empezó a tener el amor con Vietnam mediante un viaje a la ciudad Hoi An de la ciudad costera de Da Nang donde se reunió con el grupo local menos afortunado, supo que tenía que hacer algo para ayudarlos.
Al volver a Belgica, presentó su idea y recibió todo el apoyo de la Embajada de Vietnam en Bélgica que desde entonces como resultado, en el verano de 2013 se organizó oficialmente un torneo de golf benéfico destinado a recaudar fondos para la Asociación de víctimas de esa sustancia química toxica (VAVA, en inglés) en la ciudad de Hoi An.
El 2015, la VAVA acordó establecer su filial en Bélgica la que Chris Geyskens fue invitada como Presidenta con el fin de promover la recaudación de los fondos de caridad de esa organización.
Con los fondos, la organización ha comprado pollos de cría, gallineros y alimentos para donaciones a las familias de las víctimas, ayudándolas a desarrollar la cría de aves de corral para obtener ingresos más estables y una mejor atención para los miembros afectados.
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Chris Geyskens recibe una insignia del embajador vietnamita en Bélgica, Nguyen Van Thao, con motivo del décimo aniversario de un torneo de golf benéfico destinado a recaudar fondos para las víctimas de dioxina. (Foto: VNA) |
Luc Gronson, máximo responsable del club de golf de Hulencourt, que patrocina el campo del torneo anual, expresó su admiración por Geyskens y afirmó que ha trasladado su entusiasmo a los miembros del club.
Desde su establecimiento, la sucursal belga ha recaudado hasta ahora 49 mil 730 euros. Cada año, Geyskens y su esposo volaron a Hoi An para presenciar de primera mano los resultados que la organización trajo a las familias de las víctimas de las dioxinas.