Un evento sociopolítico importante para los estadounidenses
Con la reelección de los 435 escaños de la Cámara de Representantes y 35 de los 100 puestos del Senado, los comicios legislativos de medio término son importantes para determinar si los demócratas o los republicanos tomarán el control del Congreso. Además, esta votación decide a los gobernadores de 36 estados y tres territorios, y elige alcaldes de muchas ciudades y funcionarios locales. Mientras tanto, los electores estadounidenses también votaron sobre 129 leyes y reglamentos locales.
El análisis de las elecciones legislativas intermedias en Estados Unidos durante las últimas décadas muestra que los resultados de la gestión del país en los primeros dos años del mandato del presidente en ejercicio tienen una influencia decisiva en la acción de los votantes. De esta manera, los electores tienen una clara tendencia a votar a favor del partido del presidente que tiene una buena gobernanza según opina el electorado. Además, los resultados pertinentes aún afectan en parte la estrategia de cada partido en las elecciones presidenciales que se realizarán dos años después.
Debido a la importancia de estas justas, tanto los demócratas como los republicanos son muy activos en la campaña, especialmente durante el sprint electoral. Uno de los ejemplos más claros es el hecho de que hasta el 5 de noviembre, en vísperas de la fecha de votación, tanto el actual presidente Joe Biden y el expresidente demócrata Barack Obama, como el expresidente Donald Trump del partido republicano, consideraban el estado de Pensilvania como campo de batalla, donde hacían los últimos esfuerzos para convencer a los electores de que votaran por su partido. Asegurar la victoria en las elecciones legislativas intermedias es el objetivo más importante tanto de los demócratas como de los republicanos.
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El presidente de Estados Unidos, Joe Biden. (Foto: Keystone/Leigh Vogel) |
Desafío para el actual presidente Joe Biden y los demócratas
En la actualidad, los demócratas tienen mayoría en la Cámara de Representantes con 221 escaños, frente a los 212 puestos de los republicanos. En el Senado de 100 asientos, los republicanos poseen 50, y los demócratas, 48, con dos congresistas independientes que apoyan el Partido Demócrata (Angus King y Bernie Sanders). Esto significa que en el Senado los demócratas tienen la misma cantidad de escaños que los republicanos, pero la ventaja radica en que la vicepresidenta Kamala Harris (demócrata), quien preside esa instancia y tiene voz decisiva en caso de empate en la votación. De esta manera, los demócratas deben asegurarse de que la situación en ambas cámaras del Congreso después de los comicios no cambie, o cambie a favor de su partido.
Sin embargo, los resultados de numerosas encuestas de intención de votos realizadas y publicadas justo antes de la fecha oficial de votación mostraron que las posibilidades de victoria de ambas fuerzas políticas son bastante iguales. Esto quiere decir que el riesgo de fracaso tanto para los demócratas como para los republicanos es casi el mismo.
En ese contexto, la opinión pública estadounidense e internacional ha prestado especial atención a los graves desafíos internos y externos que enfrenta el Partido Demócrata y el actual presidente Joe Biden. En los asuntos exteriores, el desafío general y más grande sigue siendo mantener, consolidar y expandir la influencia asociada con los intereses claves de Washington a escala global, en un contexto de desarrollos desfavorables para el país. Ejemplo de ello son el conflicto Rusia-Ucrania, las tensiones en la península de Corea, el estancamiento de las negociaciones para restaurar el acuerdo nuclear con Irán, el ascenso de China y la autonomía creciente de algunos aliados en Oriente Medio y Europa. En cuanto a los asuntos nacionales, el principal desafío consiste en evitar una recesión económica inminente y, al mismo tiempo, controlar la inflación, que se encuentra en niveles récord en décadas. Cabe destacar también muchos otros retos como el control de armas y el racismo.
Según los analistas, fue la incapacidad de lograr resultados claros en el manejo de los desafíos anteriores, la cual provocó la disminución considerable del apoyo de los electores al Partido Demócrata en los últimos tiempos. Por lo tanto, el período que se avecina para el presidente Joe Biden y los demócratas se volverá más desafiante si no logran los resultados esperados en las elecciones de medio término. Incluso en caso de una victoria, el Presidente y los demócratas podrían enfrentar el riesgo de un caos postelectoral, similar al de las elecciones presidenciales de 2020, cuando Donald Trump se negó a admitir la derrota y provocó un motín en el Capitolio el 6 de enero de 2021. En este sentido, además de la fecha oficial de votación del 8 de noviembre, la opinión pública estadounidense e internacional seguramente seguirá enfocada en el acontecer postelectoral de estos comicios.