|
El primer ministro Pham Minh Chinh mantiene una conversación telefónica con su homólogo australiano, Anthony Albanese. |
Pham Minh Chinh sugirió que el país oceánico continúe brindando apoyo técnico y abriendo aún más su mercado, en un futuro inmediato, a frutas frescas (maracuyá y pomelo) y mariscos (camarones frescos) de Vietnam.
El jefe de Gobierno invitó a Australia a detener la investigación de dumping para algunos productos vietnamitas y acelerar las actividades de cuarentena y despacho en los pasos fronterizos.
El líder del Ejecutivo incentivó a más empresas australianas a invertir en Vietnam, especialmente en materia de energías renovables, agricultura de alta tecnología, telecomunicaciones, desarrollo infraestructural y garantía de las cadenas de suministro.
El primer ministro Pham Minh Chinh solicitó el apoyo para que los grandes fondos de inversión y las principales empresas de servicios financieros de Australia vengan a Vietnam para explorar oportunidades.
Además, el jefe de Gobierno instó a la nación oceánica a respaldar a las empresas de Vietnam que hagan negocios en su territorio, así como a la comunidad vietnamita allí.
A su vez, Anthony Albanese, destacó la importancia que Canberra concede a los nexos con Hanói.
El primer ministro de Australia propuso que las dos partes aceleren la implementación de la Estrategia de Participación Económica Mejorada (EEES, por sus siglas en inglés) y promueven la cooperación en economía-comercio y educación-formación, además de desplegar el programa de visas agrícolas y abrir más vuelos directos entre los dos países.
Ambos líderes dirigentes acordaron continuar fortaleciendo la cooperación en nuevos ámbitos como respuesta al cambio climático, y transformación digital y energética.
En cuanto a la cuestión del Mar del Este, el primer ministro Anthony Albanese apoyó la postura de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), incluida la de Vietnam, a favor de la solución de las disputas por medios pacíficos, sobre la base del respeto del derecho internacional y la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS) de 1982, además de garantizar la seguridad y la libertad de navegación marítima y aérea en esta región, considerando los intereses de todos los países.