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Foto ilustrativa: VNA |
“El crecimiento está impulsado en gran medida por una fuerte recuperación en la demanda interna y un sólido desempeño de la manufactura orientada a la exportación”, señala el BM en su último informe de actualización económica de Asia Oriental y el Pacífico de hoy 27 de septiembre titulado “Reformas para la recuperación”.
Según el informe, un crecimiento tan elevado es posible gracias al florecimiento del sector exportador y la liberación de la demanda acumulada tras la contracción inducida por el confinamiento el año pasado, antes de volver a la tendencia de crecimiento a medio plazo.
Se proyecta que la inflación alcance el 3,8 % en 2022 y el 4 % en 2023 debido a los efectos secundarios provocados por los los precios de las materias primas, antes de disminuir al 3,3 % en 2024, mientras que se espera que el gasto público se incremente en la segunda mitad y el déficit fiscal se sitúe en el 2,8 % del PIB en 2022, proporcionando cierto apoyo a la economía y se prevé que el déficit aumente ligeramente hasta el 3,2% del PIB a medida que se implemente el programa de apoyo 2022-2023.
El informe del Banco Mundial agrega que, después de un período de estancamiento durante la crisis provocada por la COVID-19, se espera que el ritmo de reducción de la pobreza se acelere, con una disminución de la tasa de pobreza del 3,7 % en 2021 al 3,3 % en 2022.
Sin embargo, advierte sobre mayores riesgos a la baja para la economía, tales como las presiones inflacionarias globales persistentes y una desaceleración económica más pronunciada de lo esperado de los principales socios comerciales de Vietnam (EE. UU., la eurozona y China), junto a continuas interrupciones en las cadenas de suministro globales. “Internamente, una inflación superior a la esperada reportó escasez de mano de obra en las áreas de fabricación, y los mayores riesgos financieros podrían afectar las perspectivas de crecimiento”, recoge el informe.
En el corto plazo, dado que la economía aún se está recuperando y la inflación está bajo control, la acomodaticia postura monetaria actual continúa siendo adecuada, mientras que una política fiscal más favorable ayudaría a protegerse contra los riesgos a la baja para el crecimiento, señala el Banco Mundial.
Esto se traduce en una mejor ejecución del presupuesto y del programa de apoyo 2022-2023. Además, la fragilidad actual de los balances de los hogares, especialmente entre aquéllos con menos recursos, justifica la continuación de las políticas de apoyo o escudo social.
Sin embargo, si la inflación se acelera por encima del 4 % y la inflación subyacente repunta, las autoridades deberían considerar recalibrar las políticas monetaria y fiscal.
A mediano y largo plazo, que Vietnam logre el objetivo de convertirse en una economía de ingresos medios-altos dependerá de la transición a un modelo de crecimiento impulsado por la productividad y la innovación, basado en un uso más eficiente los factores de producción. Esta transición requiere una capacidad institucional fortalecida para llevar a cabo reformas estructurales destinadas a construir una economía más competitiva y resiliente, concluye el Banco Mundial.