El portavoz hizo hincapié en que el desarrollo y operación de proyectos hidroeléctricos en el río Mekong deben garantizar que no haya impactos negativos, entre ellos los impactos transfronterizos en el medio ambiente, el crecimiento económico y la vida de los ciudadanos de los países de la cuenca, particularmente las naciones aguas abajo, y deben cumplir con la normativa internacional en este ámbito.
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Vietnam está muy preocupado por las implicaciones transfronterizas de las represas hidroeléctricas en el río Mekong, según el portavoz adjunto del Ministerio de Asuntos Exteriores, Doan Khac Viet. (Foto: Doan Tan) |
"Vietnam está dispuesto y dispuesto a cooperar con los países pertinentes para mejorar la gestión y el uso sostenible de los recursos hídricos del río Mekong, asegurando la armonía de intereses entre las naciones y evitando al mismo tiempo impactos negativos en las vidas de las personas en la región", afirmó Viet.
El río Mekong se extiende a lo largo de 4 350 km, desde su nacimiento en la meseta tibetana hasta su desembocadura en el Mar del Este y es un salvavidas para decenas de millones de personas en China, Laos, Myanmar, Tailandia, Camboya y Vietnam, que dependen de la agricultura y la pesca.
Los países río arriba han construido numerosas represas, algunas de ellas de más de 100 metros de altura, para promover la energía renovable. Sin embargo, los estudios muestran que, si se construyeran todas las represas planificadas en el Mekong, casi todo el sedimento quedaría atrapado río arriba, afectando el cultivo de arroz, una fuente vital de alimento para millones de personas en la región.
En este sentido, diversos informes de algunos expertos sugieren que las 14 represas hidroeléctricas en la corriente principal del río Mekong, incluidas 12 de China, plantean riesgos de agotar el flujo del río y reducir el transporte de sedimentos a las zonas aguas abajo, lo cual contribuye a empeorar la intrusión salina y la erosión en el delta del Mekong.
Además, las represas hidroeléctricas obstruyen el tránsito de peces migratorios y alteran los flujos de agua, habiendo estimado la Comisión del Río Mekong que la industria pesquera en el Mekong podría sufrir pérdidas de hasta 23 000 millones de dólares para 2030 y el daño por la pérdida de bosques, humedales y manglares podría alcanzar los 145 000 millones de dólares.