Hasta este momento, no ha habido ningún informe general sobre los daños y pérdidas causados por las actividades terroristas a escala global después de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Del mismo modo, no existen estadísticas precisas sobre el número total de operaciones antiterroristas lanzadas por los países durante el mismo período. Sin embargo, las Naciones Unidas, varios expertos y organizaciones internacionales reconocieron una realidad de que tales actividades continúan siendo complicadas a escala global, causando muchos daños a civiles e infraestructura en numerosos países y regiones. El terrorismo sigue siendo uno de los mayores retos a la hora de mantener la estabilidad de cada país, región y del mundo entero.
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Fuerzas de seguridad afganas llevaban el cuerpo de una víctima en el lugar del atentado con bomba en la provincia de Herat, el 1 de abril de 2021. (Foto: AFP/VNA) |
Desafíos serios y potencialmente permanentes
Un ejemplo claro para comprender la complejidad de las actividades terroristas, en particular, y del terrorismo, en general, es el caso de Afganistán, país que fue el primer objetivo de los ataques en la operación antiterrorista a escala global promovida por Estados Unidos y sus aliados en 2001. Esta campaña ofensiva denominada “Libertad sostenida” terminó en agosto de 2021 con la vuelta al poder de los talibanes en Afganistán.
Así, la guerra de este tipo en Afganistán duró 20 años y mató a más de 3.500 soldados estadounidenses y de sus aliados. Sin embargo, a pesar de esas bajas, los grupos terroristas no solo aún están presentes en ese país de Asia del sur, sino que también incluso cometen continuamente crímenes terribles. El último ejemplo de los cuales constituye el atentado con coche bomba frente a la embajada rusa en Kabul por parte de la organización terrorista Estado Islámico (EI) el pasado 5 de septiembre. Al menos dos diplomáticos de alto rango fallecieron y otros 20 resultaron heridos en el ataque.
Además de Afganistán, el EI tiene una fuerte presencia y actividad en docenas de otros países alrededor del mundo, especialmente en la región de Oriente Medio, enfocada en Siria, Iraq, Egipto y Libia.
En un momento, dicho grupo yihadista controló hasta un tercio del territorio de Iraq (2014), además de muchos otros en Siria y Libia. Junto con el EI, Al Qaeda cometió también crímenes en muchas partes del planeta a pesar de que los principales líderes de esta organización han sido asesinados por las fuerzas antiterroristas de Estados Unidos a lo largo de los años, incluido el máximo líder talibán Osama bin Laden asesinado en 2011 y el dirigente de alto nivel Ayman Al-Zawahiri, aniquilado a fines de julio del año pasado.
De hecho, los atentados terroristas ahora no solo son brutales y sangrientos, sino que también incluyen métodos que se vuelven cada vez más sofisticados y difíciles de controlar y prevenir, al tiempo que dejan un fuerte miedo para los testigos, sobrevivientes y sus seres queridos.
En su discurso con motivo del “Día Internacional de Conmemoración y Homenaje a las Víctimas del Terrorismo” (21 de agosto), el vicesecretario general de las Naciones Unidas a cargo de la lucha contra el terrorismo, Vladimir Voronkov, dijo que las organizaciones terroristas están cambiando la forma en que operan, según la cual aprovechan el Internet para propagar la incitación, provocando preocupación para muchas personas, especialmente aquellas que han sido víctimas de la pandemia de COVID-19.
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La escena de un atentado con bomba en Raqqa, Siria. (Foto: VNA) |
Fortalecen cooperación internacional en esta materia
Según el informe de las Naciones Unidas, la mayoría de las víctimas de los atentados terroristas son personas que se encuentran, lamentablemente, en el lugar y momento equivocado, lo que las convierte en el blanco de los atacantes. Son las más vulnerables en estos actos atroces.
Al transmitir un mensaje en ocasión del “Día Internacional de Conmemoración y Homenaje a las Víctimas del Terrorismo”, el secretario general de la ONU, António Guterres, llamó una vez más a los países y a la comunidad internacional a tomar medidas prácticas para detener este mal. El jefe de la mayor organización multilateral instó a redoblar los esfuerzos para prevenir futuros ataques terroristas, y se comprometió a brindar el apoyo legal, médico, psicosocial y financiero para los sobrevivientes.
Mientras, analistas internacionales comentaron que la lucha contra el terrorismo es una guerra dura, compleja y desafiante para toda la humanidad. Para llegar a la victoria final, se requieren mayores esfuerzos, la cooperación y la buena voluntad de todos los países, sobre la base del respeto de las diferencias étnicas, religiosas, culturales e ideológicas de todas las comunidades, naciones e incluso de cada individuo en todo el mundo.