|
Una clase en el aula de la Universidad Aomori Chuo Gakuin. (Foto: VNA) |
Según datos oficiales, tras un periodo de interrupción debido a la COVID-19, el número de becarios o estudiantes en prácticas vietnamitas que se desplazan a Japón está aumentando de nuevo y actualmente supera los 200 000 y representan aproximadamente la mitad de la comunidad vietnamita en el país, ayudando a resolver el problema de la escasez de mano de obra en ocupaciones que no requieren una alta cualificación, sobre todo en las empresas medianas y pequeñas de las zonas rurales y remotas. Además, la gran mayoría de estos reciben positivas valoraciones de sus empleadores.
Phan Tien Hoang, primer secretario, jefe de la Junta de Gestión Laboral de Vietnam en Japón, afirma que la mayoría de los estudiantes en prácticas trabajan duro, cumplen las normas de la empresa y las leyes japonesas, así como respetan las costumbres y tradiciones de la localidad donde residen.
Aunque hay algunas normas que los vietnamitas desconocen cuando llegan por primera vez a Japón, al informarse sobre la normativa local sobre restricciones acústicas, muchos de los recién llegados son más cuidadosos a la hora de reunirse.
Para evitar infracciones debidas al desconocimiento de la legislación japonesa, además de las sesiones de información antes de llegar a su país, las empresas de contratación de mano de obra extranjera también organizan sesiones de orientación para los recién llegados sobre la normativa de la empresa y las leyes japonesas.
La Junta de Gestión Laboral de la Embajada de Vietnam en Japón también realiza periódicamente un estrecho seguimiento con los sindicatos en los talleres y fábricas donde trabajan los trabajadores vietnamitas para conocer su situación, responder a diversas cuestiones y proporcionar los conocimientos precisos.
La fábrica de pan Asanoya, en los suburbios de Tokio, cuenta actualmente con más de 30 trabajadores vietnamitas, entre estudiantes en prácticas y trabajadores a tiempo completo y si bien lleva recibiendo a estudiantes vietnamitas desde 2014, nunca se ha dado un solo caso de infracción de la ley relacionada con trabajadores vietnamitas.
Dos trabajadores vietnamitas, Nguyen Quang Hoa y Le Van Sang, trabajan en la empresa Asanoya con el estatuto de residencia especial cualificada 1. Llevan trabajando aquí un total de 9 años (Hoa) y 7 años (Sang), contados desde que eran aprendices.
Hoa y Sang cumplen bien las normas de la empresa y nunca han sido sancionados. Taira Kazuo, representante de la empresa, aprecia mucho sus habilidades y los considera empleados indispensables de la empresa.