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Una actuación del grupo de canto y baile Bong Sen (lôt). (Foto: nhandan.vn) |
En Asia, Corea del Sur es un país muy exitoso con la ola Hallyu (la popularidad mundial y el auge de la cultura coreana), que contribuye significativamente a la economía nacional. Mientras, en Japón, la facturación anual de la industria cultural representa alrededor del 7 % de los ingresos de la economía y emplea al 5 % de la fuerza laboral del país.
En Europa, este sector aporta aproximadamente el 3 % del Producto Interno Bruto (PIB) cada año y crea puestos de trabajo para unos seis millones de personas.
En Vietnam, la industria cultural está tratando de minimizar la brecha competitiva con otros países en el mundo. Al presentar los resultados de la implementación de la Estrategia Cultural de Vietnam hasta 2030, el ministro de Cultura, Deportes y Turismo Nguyen Van Hung, afirmó que se están haciendo esfuerzos en promover la visibilidad de la cultura vietnamita, esforzándose para que en 2030, los ingresos del sector contribuyan con un 7 % del PIB.
Con aproximadamente 100 millones de habitantes, la nación indochina es un mercado potencial para productos industriales culturales. Mientras tanto, en los últimos años, los ingresos de la población aumentan constantemente con la demanda de disfrute cultural. Esto es a la vez una oportunidad, pero también un desafío, que requiere incrementar la atracción y diversidad de productos culturales en el país, a fin de satisfacer las necesidades de todas las clases populares, en contribución a estimular el consumo interno con creaciones innovadoras denominadas “Hecho en Vietnam”.
Para ello, es necesario evaluar de manera adecuada el potencial de la industria cultural, identificarla como una esfera clave que debe avanzar y tener más visibilidad en los lineamientos y políticas, continuar mejorando el marco legal y definir claramente el papel y la responsabilidad de los organismos competentes a la hora de cumplir las tareas de desarrollo de esta importante área del sector turístico.
Al mismo tiempo, se requiere un más atractivo mecanismo de inversión y de atracción de capital, a fin de conformar un entorno que promueva la creatividad cultural, haciendo de esta un factor primordial en la creación de productos que sean aplicables y capaces de competir con los rivales en el mercado.
También hace falta inversión en el desarrollo de infraestructura científica y tecnológica, creando una conexión entre la tradición y la modernidad en los productos culturales. En particular, es importante centrarse en la estrategia de formar a personas como sujetos creativos y promover constantemente la impronta personal en los productos.