Recordando el Tet viejo, apreciando el Tet actual

Miércoles, 25/01/2023 05:15
(PCV) - Los días de diciembre son agitados y apresurados. El invierno se aleja y da paso a una nueva primavera. En el ajetreo y el bullicio del trabajo, en algún lugar de las calles se ven las flores de sakura. El corazón de cada vietnamita se palpita recordando el viejo Tet viejo de su niñez.

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Siendo padres y madres, cada uno siempre quiere llevar a los hijos de regreso la ciudad natal, especialmente durante el Tet para que vieran con sus propios ojos de niños al río, a los campos y los árboles que han cambiado de hojas en muchas estaciones. Además, para que sintieran el ambiente cálido y feliz del Tet, aunque la vida ahí es difícil y dura, siempre está llena de amor y de risas.

Ambiente típico durante los preparativos del Tet en el campo de Vietnam. (Foto: AGO) 

Recordando los viejos tiempos…

En los campos o Vietnam antes, sin tantos edificios por la urbanización como ahora, se encontraba un aire tranquilo y sencillo. Casas de techo de tejas marrones, antiguo patio cubierto de musgo. Cada año con la llegada de la primavera y el Tet, en algunas familias se aprovechan para arreglar la casa, renovándola con el deseo que como la casa tiene su nuevo vestido, también lo nuevo para un año nuevo.

La emoción también se siente en que, cada familia prepara los “banh chung” (pastel de arroz glutinoso) para la celebración del Tet. De niños, adultos a mayores concentrando en preparar los ingredientes, limpiando las hojas de plátanos para envolver “banh chung”, que anteriormente se habían conservado en rollos; o también la emoción por la ansiedad de los niños que si alguien viene del mercado les trae unos regalitos.

Algunos niños si tenían oportunidad de acompañar a sus madres ir al mercado donde se olvidaba del tiempo observando los coloridos kioscos ya decorados por los vendedores locales para atraer atención de los pasantes.

Aquel momento quizás lo más feliz e impresionado era que cada uno podía comprarse una ropa nueva. Por las difíciles condiciones de entonces, conseguir ropas bien nuevas era un lujo para casi todos, por lo que uno vivía con la sensación de ansiedad, esperando en la felicidad mientras un sastre le hiciera la ropa.

Sin embargo, la ropa nueva ni siquiera se la viste de inmediato, por lo que se debe esperar hasta la mañana del primer día del Año Nuevo, después de que termine la comida, puede usar la camisa para felicitar el Año Nuevo y salir a saludar la gente. Los niños de aquel momento son en su mayoría desfavorecidos, solo pueden comprar ropa una vez al año y se turnan para usar la ropa vieja de sus hermanos.

Los niños ahora tienen una vida plena, es difícil imaginar la alegría de una prenda como en el pasado.

De esa manera, se la pasa cada uno con su infancia. La festividad del Tet es sencilla pero cálida. Antes se con numerosas dificultades, escases de materiales y alimentos, en contraste a la actualidad, las vidas ya son muy, muy diferentes. Todo ahora pueden celebrar un Tet abundante, sin embargo, hay que apreciar lo que tenemos en la actualidad, porque para lograr lo de hoy, se debe haber pasado por muchos sacrificios de otras generaciones por un Vietnam libre, independiente y próspero.

PCV (vietnamnet.vn)

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