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El verdadero nombre del padre de la patria vietnamita fue Nguyễn Sinh Cung pero la clandestinidad, le obligó a utilizar innumerables apodos como Nguyễn Ái Quốc, que significa el patriota o el más conocido Hồ Chí Minh «el que ilumina».
El 29 de agosto de 1942, cuando el luchador se dirigía a Chung King para entrevistarse con las autoridades chinas, es arrestado por la policía de Chang Kai-sek, (China, 1887-1975) director general del Kuomintang, y pasa unos quince meses, entre 1942 y 1943, en diferentes cárceles de este partido; en este período escribe en ideogramas chinos los poemas que integran Cuadernos de la cárcel (Diario de prisión).
En el verano de 1945 se proclama la independencia de Vietnam y el líder es elegido presidente de la República Democrática de Vietnam, y ese año aparece el cuaderno por primera vez en vietnamita en Hanói. En 1960, las ediciones en Lenguas Extranjeras de esta ciudad, publicaron una traducción francesa de estos versos en los que se mezclan las terribles condiciones de las cárceles por las que pasó el futuro presidente de Vietnam, con sus más altas aspiraciones y esperanzas.
Diario de prisión, recoge cerca de 120 composiciones líricas, en las que se aprecia toda la ternura del estadista, su humanismo, modestia, y su esperanza en un futuro mejor para su Patria.
Ho Chi Minh, sale en libertad el 10 de septiembre de 1943, y manda, como un mensaje a los suyos, el último de sus poemas, escrito al margen de un periódico chino, llamado «Después de la prisión, otra vez las montañas».
DIARIO DE LA PRISIÓN
Tu cuerpo está en la cárcel
pero no tu espíritu.
Si quieres conducir con éxito tu carrera
conserva bien alta tu moral.
PRIMERA PÁGINA DEL DIARIO
Recitar versos no ha sido uno de mis hábitos.
Pero ahora, en la cárcel, no tengo otra cosa que
[hacer.
Estos días de cautiverio los pasaré escribiendo
[poemas
y, al cantarlos, se acercará el día de la libertad.
ENTRANDO EN LA CÁRCEL DEL DISTRITO TSINGSI
Los ocupantes de la cárcel dan
la bienvenida a los recién llegados.
En el cielo las blancas nubes ahuyentan a las
[negras.
Después, ya no se ven nubes blancas ni negras.
Sobre la tierra, la gente libre se amontona en la
[cárcel.
DURO ES EL CAMINO DE LA VIDA
I
Después de haber trepado por montañas empinadas
y altos picos,
cómo podía suponer que encontraría
peor peligro en las llanuras.
En las montañas me encontré con el tigre y salí
[ileso:
en las llanuras me encontré con el hombre
y estoy encarcelado.
II
Fui un representante de Vietnam camino a China,
iba a encontrarme con un personaje importante.
En el tranquilo camino se desató
una repentina tormenta
y fui llevado preso, como invitado de honor.
III
Soy un hombre derecho, sin un crimen en la
[conciencia.
Pero fui acusado de espiar para los chinos.
La vida, como ven, no es un asunto demasiado
[fácil,
y ahora el presente está lleno de dificultades.
LA MAÑANA
I
Todas las mañanas el sol, emergiendo
por sobre el muro, envía sus rayos contra el
[portón,
pero el portón permanece cerrado.
Dentro de la cárcel la celda sigue oscura,
pero sabemos que afuera brilla el sol.
II
Una vez despiertos, todos empiezan a cazar piojos.
A las ocho suena el gong del desayuno.
Vamos a comer hasta saciarnos:
por todo lo que hemos sufrido deben
estar por llegar los buenos tiempos.
MEDIODÍA
¡Qué bueno es hacer la siesta en la celda!
Durante horas nos dejamos llevar por el sueño
[profundo.
Sueño que cabalgo por el cielo montado en
[un dragón...
y al despertar me descubro en la cárcel.
TARDE
Son las dos, la puerta de la celda se entreabre
para que entre el aire fresco.
Todos alzan la cabeza para mirar al cielo.
Espíritus libres que rondan por el cielo
de la libertad.
¿Saben que los vuestros languidecen en la cárcel?
NOCHE
El sol se pone en el Oeste cuando termina la
[comida.
Ahora, desde los rincones, surge la música,
las canciones nativas.
Comienzan de repente, y la triste
cárcel de Tsingsi
se convierte en una academia de las artes.
COMIDAS EN LA CÁRCEL
En cada comida sólo una taza de arroz rojo
sin verdura, sin sal, sin caldo.
A quienes les traen comida desde afuera,
pueden comer a veces hasta saciarse.
Los otros, sin ayuda, gruñimos de hambre.
LA FLAUTA DEL COMPAÑERO
De repente una flauta eleva una nota nostálgica,
la música sube con tristeza, su melodía
es como un llanto.
Sobre mil millas, sobre montañas y ríos,
viaja una dura desdicha.
Creemos ver a una mujer
subiendo a una torre lejana
para esperar algún regreso.
EL CEPO
I
Con la hambrienta boca abierta como un monstruo
[perverso,
todas las noches el cepo devora
las piernas de la gente.
La mandíbula agarra la pierna derecha
de cada preso.
Sólo la pierna izquierda puede
doblarse y estirarse.
II
Pero hay una cosa más extraña aún en este mundo:
la gente corre a poner
sus piernas en el cepo.
Cuando están engrillados pueden dormir tranquilos:
de otro modo no tendrían dónde apoyar la cabeza.
APRENDIENDO A JUGAR AL AJEDREZ
I
Para pasar el tiempo, aprendemos a jugar al
[ajedrez.*
Miles de caballos y peones se persiguen,
se mueven rápido hacia el combate,
atacan o retroceden.
El talento y las piernas veloces nos hacen ganar.
II
Los ojos deben mirar lejos
y los pensamientos considerados con profundidad.
Sea usted implacable y temerario en el ataque.
Si da una falsa orden, se inutilizarán dos torres:
pero en el momento oportuno, un peón
puede traer la victoria.
III
De ambos lados los fuerzas son iguales;
la victoria será para uno solo.
Ataque, retroceda con estrategia infalible:
entonces merecerá usted
el título de gran comandante.
*En el juego de ajedrez chino, cuya terminología está calcada de la utilizada por el antiguo ejército chino en campaña, el peón se llama infante o tropero, el rey capitán o general, la torre y la dama carro.
LA LUZ DE LA LUNA
Para los presos no hay alcohol ni flores.
Pero la noche es tan hermosa: ¿Cómo
podemos celebrarlo?
Voy a la claraboya y miro el cielo,
y por la claraboya la luna
le sonríe al poeta.